Extensiones Pétreas

                       


                                      Exposición virtual personal

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Palabras de catálogo


Los principios de las "Extensiones Pétreas"

Saber estar para ser…La vida le entregó un don preciado y el destino le aseguró su destreza en el inigualable trazo del fuego que es la línea… Carmen Mir es, por sobre todas las cosas, una sagaz adiestrada del dibujo, aprehendido por aquella suerte y aprendido en su andar en solitario y sin escuelas… Luego, trocó la definición de los rasgos por el –quizás- inventado color en sus personales establecimientos…; más tarde, las formas, nacidas de esa necesidad que ella tiene por moldear todas las cosas… Así, la asombrosa intuición del recorrido por los contornos, la croma salida del alma y el imprescindible volumen aún incipiente, se hacen alquimias en una singular simbiosis para estos “muros” que, a su vez, se convierten en especiales escenografías de propagaciones murales en la disposición concertada de los órdenes de su puesta en escena…Pero las formas buscaron rápidamente el contenido (por si no fue un trance a la inversa)…; a Carmen le preocupa, también, la existencia del ser humano, de ella misma en el tiempo que le ha tocado vivir. Entonces, el discurso antropológico hecho obstáculo psicológico (creado desde el sí mismo, BLOQUEADO o impuesto por las adversidades externas), la tensión y el inexorable peso de las consecuencias en una coherente estética de causa-efecto que, si no explícitas, el receptor tendrá que hurgarlas en esas “dilataciones” que ella provoca intencionalmente para el análisis… A Carmen Mir, igualmente, le interesa el establecimiento de las comunicaciones para la perfecta relación que siempre trata de mantener un arte de reflexiones.

Y he aquí, pues, el principal enigma de estos “muros” presentados como límites infranqueables, sabiendo que ellos, de la misma manera, tienen fisuras, colocadas sin azares, pero sí con la resolución de provocar las trampas, ésas que tendremos que saber traspasar (sin las actitudes pasivas o indolentes, a veces de INDIFERENTE estupor) en el desenredo de las ataduras para la búsqueda de las independencias o de ese exigido y necesario VUELO.

Los “muros” de Carmen Mir pueden estar limpios o desnudos, pero también enmascarados…; de ellos se desprenden las tramas y subtramas a modo de una serie pictórica; de fondo, como soporte principal para el EMPOTRADO o, superpuestos, para la creación ilusoria de un espacio –en cualquiera de los casos- propicio para la dramaturgia de una acción a la que ella nos está convidando a entrar con la probabilidad de convertirnos en tanteadores de sus JUEGOS PELIGROSOS: o nos quedamos en la contemplación estática –complaciente- o saltamos al rompimiento de las barreras… Tales son sus premisas…

Superficies pictóricas que tratan de salir de sus hechuras, haciendo lícito ese interés con la interactuación mejor conformada -al menos- en LAZO EDIPICO, que se hace permisible “telón” para una acción performática con visos de impactante gesto danzario y con las precisiones de los audaces acordes sacados de una bien pulsada guitarra… Tales son, aquí, los presupuestos de Carmen Mir en esas “entradas” hacia su propia obra…

Dejémonos, entonces, llevar de su propia mano para la trasposición de estas obras –pictóricas, instaladas, manipuladas en la impresión digital- de la joven artista… Abandonémonos a sus supuestos en esta acción para la representación: a ella –lo dije y ahora lo hago énfasis- le interesará mucho saber de qué lado nos paramos o qué pensamos, en esto de sus “muros”, o mejor, de estas EXTENSIONES PÉTREAS, como secundarias “metástasis” de los -a veces inevitables- primarios males…

Antonio Fernández Seoane.

Profesor y Crítico de Arte.

La Habana, lunes 1 de agosto de 2011.


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